Una curiosa similitud
El 14 de agosto del 2005
un Boeing 737 sufrió un accidente que podría explicar –por varias similitudes
importantes—lo que le ocurrió ahora al vuelo de Malaysia MH370. Aquel día un
avión de Helios Airways que volaba de Chipre a Atenas de pronto interrumpió sus
comunicaciones, sin que lograran conectarse con él los controles terrestres.
Hasta hubo tiempo para enviar dos cazas F 16 de la Fuerza Aérea griega que lo
alcanzaron y pudieron ver a una persona en su cabina que hacía señas
indescifrables. El avión prosiguió su vuelo en forma lineal hasta que (por
haberse quedado sin combustible) se precipitó a tierra cerca de Atenas,
muriendo sus 115 pasajeros y seis tripulantes,
Las investigaciones posteriores
determinaron que una serie de extrañas coincidencias causaron el accidente. Los
pilotos y los pasajeros se habían quedado desvanecidos (hipoxia somnolienta por
falta de oxígeno) y el vuelo prosiguió conducido por el piloto automático hasta
que cayó debido a la detención de sus motores. Los pilotos de los cazas
informaron que pudieron acercarse al avión fantasma y advirtieron que los
pasajeros estaban inertes aunque tenían sus máscaras de oxígeno colocadas y que
el copiloto yacía inclinado sobre sus comandos, como si estuviera desvanecido.
También informaron que poco después apareció otro hombre en la cabina (luego se
verificó que era el comisario de a bordo), quien llegó a hacer algunos gestos a
los aviones que veía volar a su costado
Causas del accidente
Descartadas varias hipótesis de atentados
terroristas (el avión provenía de una isla aún hoy conflictiva) se pudo
reconstruir la serie de incidentes aparentemente inocentes que motivaron el
desastre.. . (el texto
que sigue es de Wikipedia):
El accidente se debió a una cadena de
incidentes y errores que culminó con una fatal interpretación del piloto, y
otro accionar de un mecánico que hizo una reparación en tierra antes del vuelo.
El problema había comenzado antes de este vuelo, cuando se produjo una descompresión
repentina a causa de una puerta mal ajustada en la sección trasera, lo que
entonces obligó a un aterrizaje de emergencia inmediato. Tras este incidente
todo quedó solucionado al revisarse en tierra y comprobar que tras hacer una
prueba en vacío buscando fugas se verificó que no había más problemas al haberse
cerrado correctamente esa puerta. Pero un descuido de los mecánicos dejaron al interruptor de presurización en
modo manual (MAN). Este interruptor tiene una alarma luminosa y una alarma
sonora; pero la alarma visual no fue percibida debido a que el sol invadía la
cabina de vuelo, entonces cuando se activó la alarma sonora fue interpretada
como errónea.
A la
hora de despegar, el capitán, al escuchar este sonido y ver que el modo de
presurización estaba en manual, entendió que no era por una presurización
efectiva. Ante esto, el piloto se contactó con el encargado de la torre de
control pero éste no supo interpretar el error de la alarma. Y el avión
prosiguió su ascenso normal. Sin embargo,
al ganar altura la despresurización hizo
saltar nuevas alarmas y entonces las máscaras de oxígeno se desplegaron automáticamente.
Los pasajeros y la tripulación pudieron respirar normalmente pero sólo por doce
minutos, pues la provisión de oxígeno es limitada solamente a ese tiempo.
En condiciones normales, los pilotos
hubieran realizado un descenso de emergencia hasta una altura en la que el aire
fuera respirable. Empero, al parecer los pilotos se vieron afectados por la falta de oxígeno y
no fueron capaces de reaccionar adecuadamente. El avión así siguió su ascenso y
ahora la falta de oxígeno en las
máscaras dejó inconscientes a los pilotos y a los pasajeros, causando minutos más tarde daño cerebral en la mayoría de ellos. Se cree
que uno de los pasajeros alcanzó a enviar un mensaje con el teléfono móvil queriendo
indicar confusamente la crítica situación.
Así, el avión se convirtió en una nave
fantasma que volaba en automático.
Durante todo el tiempo que el sistema de piloto automático controló
el aparato. los controladores aéreos de Atenas trataron en vano y durante más
de una hora el contactarse con el avión. Finalmente, el Gobierno griego, en
previsión de un atentado terrorista, envió dos aviones militares F16 para verificar
qué estaba sucediendo.
Los cazas pudieron ver que los pasajeros
llevaban las mascarillas puestas y que el copiloto yacía sobre los mandos. También
pudieron ver a una persona más en la cabina que sí se movía. Este era el
auxiliar de a bordo que había mantenido la conciencia gracias a las garrafas de
oxígeno de emergencia y (luego se supo ) además tenía entrenamiento como buzo
militar, lo que pudo haberle ayudado a resistir más. También tenía
conocimientos rudimentarios de aviación. Quizá trató de reanimar al copiloto y
manejar el aparato, e incluso con las pocas fuerzas que le quedaban gesticuló pidiendo
auxilio a los pilotos de los F-16 griegos. Sin embargo el combustible se acabó
casi al mismo tiempo y el avión se estrelló en las montañas.
Tras la investigación en el sitio del
suceso, se halló el panel de presurización con el interruptor en posición MAN,
lo que despertó sospechas,. Durante las
investigaciones se interrogó al mecánico de mantenimiento, se concluyó que el
error de dejar configurado en panel de presurización en modo manual desató la
cadena de incidentes. La tripulación no detectó el error al momento de iniciar
el chek list de despegue, luego la
alarma sonora fue interpretada como errónea y fue desactivada.
Cuando cayeron las máscaras de oxigeno en
la cabina, la tripulación de cabina interpretó el hecho como una falla de
presurización y se realizó el protocolo de avión para descenso brusco, lo que
no acaeció. Allí los minutos de
oxigenación se acabaron y los tripulantes y pasajeros pasaron a un cuadro de
hipoxia somnolienta. Solamente el sobrecargo tal vez se dio cuenta que algo
andaba muy mal y reaccionó buscando una de las botellas de aire a presión lo que le concedió
unos 30 minutos más de vida. Pero cuando pudo hacerse con los mandos, el avión
ya estaba sin combustible y se desplomó.
Es
llamativo que , según los radares, el avión de Malaysia también sufrió una
serie de altibajos repentinos en el rumbo previsto y en su altura —sin que se
sepan las causas— antes de que se perdiera todo contacto con él.
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En
medio de tantas conjeturas que ahora, como antes, se han lanzado y se presentarán,
creo que este hipótesis puede ser muy válida por las coincidencias en sus características.
Oscar Fernández Real