El cruce hasta la
isla fueguina
Muchos argentinos ignoran que para
viajar
a Tierra del Fuego deben pasar por
Chile
Un
proyecto busca prolongar la ruta Nº 40 hasta Ushuaia
En
estos días varias organizaciones de Tierra del Fuego presentaron a Presidencia una
reactivación del proyecto de unión de esa isla con el continente por buques transbordadores.
De este modo se evitaría la actual travesía por territorio chileno, lo que
obliga a los ciudadanos argentinos a realizar una serie de trámites aduaneros
para ingresar a su propio territorio.
La
idea no es nueva, ya que en 1983 un grupo de deportistas y periodistas
realizaron ese cruce por mar abierto, afuera del Estrecho de Magallanes, para
demostrar que si ese itinerario de 43 kilómetros podía efectuarse con pequeñas
embarcaciones neumáticas, bien podría cumplirse por buques que trasbordaran
pasajeros y vehículos de todo tamaño, como actualmente se hace en otros países.
Cabe consignar que Chile vincula sus islas sureñas con varias naves de este
tipo.
El
periodista Oscar Fernández Real participó en esta travesía y publicó varias
notas en el diario “Clarín” y en otras revistas.
La Fe.Po.Tra. (Federación Popular del Transporte Tierra del Fuego), organización abocada a la
elaboración de dicho proyecto, reiteran su presentación a la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner,
del pasado 30 de agosto, con la primera etapa del proyecto que busca reglamentar
la ley 26.776, sancionada el 31 de octubre del 2012. La FePoTra asegura que concretar este
proyecto tendrá un quiebre fundamental
en lo económico y social, porque así se produciría la extensión de la Ruta Nacional N°40 hasta
Ushuaia. Para ello habría que cruzar entre dos embarcaderos o playas (no hacen
falta para estos barcos aguas profundas) entre
el Cabo Espíritu Santo hasta el Cabo Vírgenes, en Santa Cruz. La obra
principal serían escolleras o defensas contra el oleaje, así como instalaciones
básicas y no muy costosas. Los integrantes de esta organización descartan enfáticamente la construcción de un
puente, un túnel, o la posibilidad de cruzar por buques trimaranes desde la
ciudad de Río Grande a Río Gallegos; ya que no sólo aumentaría los riesgos en
la travesía sino que además, no cumpliría con el ejercicio de soberanía que
generaría el cruce corto
En 1983 se demostró que
se podía realizar
Cruce del Estrecho de Magallanes por aguas argentinas
El 20 de marzo de 1983, un grupo de
hombres (1) tomó la decisión de cruzar el Estrecho de Magallanes con botes
semirrígidos, desde Cabo Vírgenes, en el sur de Santa Cruz, hasta Cabo Espíritu
Santo, al norte de Tierra del Fuego, y demostrar, de este modo, que es posible
establecer una conexión entre la Argentina continental y la Argentina insular
fueguina, por aguas nacionales.
Hoy (en 2008) se cumplen 25 años de aquella
singular aventura de la que participó un puñado de habitantes de Tierra del
Fuego, convencidos de que es posible establecer un paso nacional entre Santa
Cruz y Tierra del Fuego, sin necesidad de atravesar territorio chileno.
Entre esas personas estaban Hernán
López Fontana, Juan Carlos Begué, el "Gato" Curruchet y el ya
fallecido Carlos Beban. López Fontana
recordó que la travesía estaba prevista para el 19 de marzo, pero "por las
malas condiciones meteorológicas, porque soplaba mucho viento, se tuvo que
posponer un día", y se concretó el 20 de marzo de 1983.
Explicó que esta expedición
"era una forma de demostrar que sería posible realizar el cruce del
estrecho, por la boca oriental, con un barco roll on - roll off, teniendo en
cuenta que nosotros lo hicimos con botes semirrígidos", anotando que si se
realizara con ese tipo de embarcación, se podrían cruzar vehículos y personas
por aguas argentinas, sin pasar por otro país, "como una cuestión de
soberanía".
Aunque parezca raro, el tema de
poder realizar el cruce del Estrecho de Magallanes por aguas argentinas es
bastante actual, ya que hasta hace poco tiempo era uno de los grandes anuncios
de campañas electorales, y sin embargo, el planteo y la demostración de que es
posible, viene desde hace más de 25 años.
"El pensamiento de quienes
realizamos ese cruce es que la soberanía no tiene costo", manifestó López
Fontana, remarcando además que "si es deficitario o superavitario es otro
asunto, porque si fuese deficitario para la empresa que brinde este servicio,
el Estado debería subvencionarla, como se hace con todos los transportes en el
país".
Señaló que hubo distintos proyectos para concretar este emprendimiento tan
necesario para quienes habitan Tierra del Fuego, pero "lamentablemente
quedaron en agua de borrajas", aunque se mostró esperanzado de que algún
día se pueda concretar y "me gustaría estar vivo para poder estar en el
barco que realice el primer cruce".
En un primer momento había 16
tripulaciones, con sus respectivas embarcaciones, listas para realizar la
travesía, pero "solamente 8 pudimos hacernos a la mar, algunos ayudando a
otros, porque las rompientes eran muy fuertes y había muchas personas que no
tenían experiencia de navegación en mar abierto".
Comentó que se trataba de botes
semirrígidos con motores fuera de borda, de distintas dimensiones y con motores
de diferentes potencias; algunas de esas embarcaciones estaban preparadas para
navegar en mar abierto y con motores que tenían mucha potencia. Al primer
grupo, el cruce le demandó unas 3 horas y 15 minutos, teniendo en cuenta que
son aproximadamente unos 43 kilómetros, una distancia similar a la que hay
entre Buenos Aires y Colonia, en Uruguay. "Hay que tener en cuenta que ese
día teníamos mucho viento", mencionó López Fontana, anotando que "al
llegar a Cabo Espíritu Santo llegamos a tener un mar 4 ó mar 5, por lo que era
pesadita la mano".
Finalmente, destacó el apoyo que
recibieron para poder concretar el viaje, mencionando un helicóptero de
búsqueda y salvamento de la Prefectura Naval Argentina, desde donde se les
indicaba el rumbo a quienes no tenían compás; y un aviso de la Armada
Argentina, que prestó una ayuda importante.
(1) El periodista Oscar Fernández Real
participó en esta travesía, llegando con el segundo bote a Cabo Espíritu Santo
y transmitiendo cuatro notas que se publicaron sucesivamente en ese diario.
Posteriormente, también publicó otra nota en la revista “Aire y Sol”l